En ocasiones nos
perdemos en busca del recuerdo perdido sin saber muy bien como.
Allí me he
descubierto recordando como llegue a la casa de acogida, fue después de haber
sido trasladada a un centro medico destrozada, cara, nariz, todo sangrando,
echa una piltrafa, lesiones en brazos, piernas, torso.
Me curaron,
asistieron me calmaron hasta que fui trasladada con mis dos pequeños al cuartel
de la policía de San Fernando.
Serán mis
experiencias con las fuerzas de seguridad, pero uno sacaba un refresco de la
maquina mientras otro intentaba que mis hijos pudieran acomodarse y descansar,
eran apenas unos bebes de 2 y 4 años que supongo que vivian aquella locura con
temor y aventura. A mi siempre me han aportado seguridad, amabilidad,
profesionalidad estos compañeros que se distinguen por el uniforme, como hacen los medicos, los bomberos, debe ser duro vivir momentos así.
Fueron ellos los que
tramitaban una plaza para un centro de acogida, ellos los que luchaban y ellos
los que me llevaron allí al final.
No se me rompió
ningún hueso.
Alguno de los
accidentes de coche que he sufrido han sido terribles, naturalmente atestados,
policía, ambulancia. En uno de ellos recuerdo que mi amiga y yo rompimos a reir
y la gente decía que eran los nervios. Buscaban los heridos, los muertos y allí
estábamos riendo y bromeando con la policía una mujer en este caso, preguntaba.
"Supongo que a pesar de las risas no habéis bebido ??" café con leche
-respondimos al tiempo- veníamos de desayunar.
No se me rompió
ningún hueso.
Aquella caída donde
me obligaste a ponerme patines en aquel novedoso Disco boogey center que hoy se
llama Rosales y es un bingo. No podías dejarme sola, alegaste e insististe en
que me pusiera patines por mas que te insistí que yo no sabia patinar.
Aparatosa, nunca
olvidare el dolor, caí de la forma mas brutal que pude caer, nunca volviste a
obligarme, patinabas a mi alrededor espantando mosquitos y otros insectos.
No se me rompió
ningún hueso.
Esta ultima caída no
dudo que ha machacado la prótesis, cuando por fin una RM mire mi cráneo apuesto
a que verán astillas de el cuerpo extraño que sustituía los huesos eliminados.
Sin embargo.
No se me rompió
ningún hueso.
Y me sorprendo, me
enfado, me rebelo con una vida que se empeña en no dejarme morir y ni siquiera
me permite romperme ningún hueso por mucho que me apaleen.
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